miércoles, 27 de mayo de 2020

Reflexionando sobre cierta relación de apropiación intelectual y emocional en la amistad moderna, que se concibe, se reconozca o no, como instantes de amistad que viven el tiempo como acumulación estéril o consumo efímero. Ya llevo unas semanas con esto y huele a ropa vieja, no consigo salir, me aterra la posibilidad de que en nuestro interior solo queden, si apartamos la experiencia imposible de la muerte, las palabras y el nombre del desengaño. Estocadas innombrables quedan registradas en este cuaderno contundente, como huellas que anhelaron la profundidad; los apuntes y anotaciones críticas sobre uno mismo son como las afiladas banderillas de colores que se extienden sobre el lomo negro del morlaco, manso animal en la hierba tumbado mientras un rayo de sol ilumina sus cuernos embellecidos; feroz en la arena seca y tostada de la plaza, furia desatada al olor anticipado de su sangre, rojo derramado por la estúpida vanidad de los hombres cuando juegan. ¡Qué extraña sensación causa la evidencia de que el juego se realice plenamente en la crueldad y el hombre se realice plenamente en el intento de un juego! Huellas de vida, pero y si todo esto es un juego, culminará en la crueldad, en qué forma de ella? Me he levantado de la cama a media noche desvelado por estas dos certezas de la apropiación y e juego, y simplemente relacionarlas me desesperan; quizá estas notas no sean más que el vano intento de romper con esa cotidianidad que no es más que un disfraz de la muerte; son también un instante inquietando (contradiciendo) la oscuridad, deseando sumergirme en un río arrancado del tiempo cronológico de la historia secuencial y lineal, para encontrar esas corrientes que ni suben ni bajan, ni se estancan podridas, contenidas por riveras inconcebibles, una especia de eterno presente sin antecedentes ni promesas de futuro.

martes, 19 de mayo de 2020

Me sorprende la avidez, casi esa obstinación carroñera inconfesable, de las clases medias por la utilidad y la conveniencia sociales, en el fondo por el dinero que ansían y les avergüenza, siempre preocupados (sometidos) por el futuro. ¿Para qué querrán obsesionarse con el futuro, con saber mirar al futuro, si no sabemos ni tan siquiera mirar nuestro propio presente, el presente más inmediato y degradado?

viernes, 15 de mayo de 2020

Correspondencia con Morán. 22 de octubre de 2019

En un momento de la correspondencia (22 de octubre de 2019) surge lo que llamo La parábola de Kafka, y que da unidad, sentido y moral a la obra de Gregorio Morán; pueden ver a ese hombre levantarse en el tiempo, entre pasado y futuro.

Escribe Kafka: Él tiene dos adversarios: el primero lo presiona desde atrás, desde su origen. El segundo le bloquea el camino hacia delante. Lucha contra ambos. En realidad, el primero lo apoya en su lucha contra el segundo, pues lo quiere empujar hacia adelante e, igualmente, el segundo le presta su apoyo en su lucha contra el primero, ya que lo presiona desde atrás. Pero esto sólo teóricamente es así. Pues ahí no están solos los dos adversarios, sino él mismo también, ¿y quién no conoce sus intenciones? Siempre sueña que, en un momento de descuido – y esto, debe admitirse, requeriría una noche impensablemente oscura -, puede evadirse del frente de batalla y ser elevado, gracias a su experiencia de lucha, por encima de los combatientes como árbitro.”  

miércoles, 13 de mayo de 2020

Prrfff

A muchos puede sorprenderles la cruel y necesaria sinceridad del escritor, hasta confundirla insidiosamente con un modo rentable de autoexhibición. Probablemente sean ellos los narcisos reprimidos. En ocasiones siento pudor por estos diarios: la excesiva implicación en ellos, la entrega culpable, la gratuidad, el secreto regocijo en lo miserable, la soledad, y el deseo insatisfecho de expresarse para vincularse al mundo y no perder la conciencia de la propia existencia. No es un trabajo agradecido, pero tampoco es en vano, uno aprende a defenderse ante la vergüenza. A veces pesa sobre este tipo de escritura la acusación psicologista de auto-odio, de carácter destructivo, pesimista, resentido, rencoroso, fracasado, entre otros recursos y usos retóricos de la moralina de bucanero. Lo cierto es que resulta imprescindible desmontar la propia vida para empezar a pensar, desengañarse, y hacerse daño como único modo de plantearse las preguntas decisivas. Pero los ingenuos son los que miran desde la barrera, detrás de los toriles, no saben hasta qué punto, con estas manitas y mi mala letra, también destruiría sus propias vidas. Ellos serían incapaces de confesar lo inconfesable, y muchísimo menos de hacerlo respecto a las debilidades, convertidas en injurias, de su maltrecha masculinidad. No hay diferencia entre un hombre castrado y uno inútilmente enamorado, leo en Federici criticando la mentalidad patriarcal. Así hemos vivido, sin confesar lo inconfesable.

lunes, 11 de mayo de 2020

La vida para nada está siendo mi terreno.

De potitos y nocillas

Habrá que ir llamando a las cosas por su nombre de una puta vez: la anunciada nueva normalidad será el mantra de los aspirantes a papanatas profesionales; si hay que nombrar nuestra actualidad de alguna manera será la de los recientes tiempos postpandemia. Una evidencia más de que la crisis es inherente y consustancial a la modernidad, y que se ha forjado en la sucia inocencia, el cinismo y la desidia no sólo una generación en la crisis sino una generación de la crisis, cuya conciencia política debería ser, siendo benévolos, la conciencia de la humillación.

sábado, 9 de mayo de 2020

entre lo morboso y lo escandaloso

 Recordar los hechos de la vida emocional con esa enfermiza precisión fáctica, es algo que oscila entre lo morboso y lo escandaloso
un escándalo moral,
la moral también puede ser una humillación,
loco, ¿no supiste separarte de ella?, ni siquiera te pregunto si supiste separarte a tiempo.
 No
te doy todas las ventajas
incluso podías haber llegado tarde, 
siempre estuviste distanciado de todos,
y de tu vida, es cierto
protegerse del deseo del otro, eso falló
pero no conseguiste romper con ese vínculo, ¿un precio demasiado caro?
¿cómo puede haber un precio inasumible? entonces no sería un precio,
sería otra cosa
entonces
¿quizá cobardía?
entonces
¿eres un cobarde?
mereces el tedio
no encuentro la manera de mantener la distancia para vivir juntos sin perder eso
una especie de ética de la delicadeza
quizá la vida para sobrevivirla hay que tomarla con ese desencanto
O
no hay que tomarla tan en serio
¡idiota!
Tú eres incapaz de eso
¿Seguro?
pues mira! aquí estoy!

jueves, 7 de mayo de 2020

Cleo

Pasó hace unas semanas. y creo ver a lo lejos que puede volver, es difícil pero puede pasar, depende de, a ver quien puede más si el sol o el silencio.

El brazo que me pasan por el hombro, y grito, casi asustado, como el humillado responde al primer contacto humano después de meses de ausencia, de nuevo la carne, el asombro de la carne. Preparamos la mesa para comer, risas, imitaciones, es el único momento agradable, la mesa el único lugar. Pasa la tarde, hoy es el primer día agobiante del confinamiento. Hago mal los ejercicios físicos, el cuerpo parece desplomarse como un saco de patatas rajado, la torpeza en los movimientos me devuelve a la infancia, descoordinación, flojera, las manos parecen no obedecer, la falta de resistencia general, y las piernas tiemblan de un modo insostenible, la márfaga resbala a cada giro del pie hasta desbordar mi paciencia, esto me destruye los nervios, estoy cerca de un ataque, al borde, es como esa tensión de los conflictos familiares contenida durante años que estalla justo al romperse un baso contra el suelo; preferiría la aparente elegancia y sutileza de esas otras familias burguesas con capital cultural que proyectan sus derrumbes íntimos, con su adherida miseria patológica, a través de debates literarios y el comentario de texto u obra de algún escritor amado y consagrado por la fama o el talento; no desgarran las páginas para no arrancarle al otro la piel a tiras. Pero ni siquiera puedo embellecerlo con esa tiste estética del conflicto, ni recurrir a terceros, es un odio concreto y general, simplemente no me soporto, no me aguanto, y mucho menos en este contexto de sistema mundo, todavía podría verme la cara a solas, pero acompañado por este contexto es sencillamente insufrible. Intento leer, me vuelven episodios de autoexplotación emocional de un pasado reciente pero petrificado, y de un modo tan intenso como peligroso la relación entre amistad y apropiación intelectual, inseparable de la expropiación sentimental, lo que hace imposible leer más de 20 páginas del libro en una tarde; fumo, me masturbo, la falsa promesa de la sexualidad y el cuerpo, también intento escribir, puede verse el cuestionable resultado, el odio propio, el odio mundo, todo reunido. De noche dan Cleo de 5 a 7 (1962) de Varda por la televisión, me gustó mucho cuando la vi en la filmoteca, y quedaría muy bien decir que entonces el día se arregla, se aclara, que encuentro un refugio en esas reflexiones sobre el tiempo, la muerte, y el amor, pero es falso, me quedé dormido.

miércoles, 6 de mayo de 2020

Acaso una verdad

Ya se sabe que en el mundo de las letras los proletarios no tienen ninguna posibilidad. Diría más, es sabido que en el mundo de la industria cultural testimoniar la verdad y ejercer la crítica no tiene ningún futuro. Solo el colapso personal. Lo sorprendente es que el sistema cultural en el que vivimos no puede soportar nada, precisamente cuando las letras como aparato de combate deberían ser imprescindibles, pues no existe ya El Enemigo, las armas no las destruyen directamente, y disponemos de una caja de herramientas teóricas heredada del pasado inmejorable. La gravedad de la situación, realmente desesperada, se cifra en el despilfarro y desperdicio de todo ese capital intelectual subversivo, el deseo de olvidarlo y maltratarlo. Nuestro tiempo probablemente no sea ni el más violento, ni el más bárbaro, ni el más terrorífico especialmente para la cultura, aunque haya muy buenas razones para pensar lo contrario, pero sí el más indiferente, cínico, cobarde, antifilosófico, bobo, estéril, indolente, y grosero. La ausencia de las letras en su forma más crítica es debido a la obsesión de la hegemonía cultural, una cultura competitiva y de certamen, a la integración, a la asimilación y aceptación de las leyes impuestas por el capital, que sencillamente anulan de pleno derecho la escritura, su derecho subversivo. Justamente esta ausencia es lo que hace más impenetrable e incomprensible nuestra lamentable condición de vidas desechables en este arrastrase moribundo e inhumano al que nos condena el libre mercado. Sometidos a la desorientación más absoluta, prolifera y se consolidan las formas más reaccionarias de la sociedad, costumbres atávicas y represivas revestidas de modernidad, frivolidad y juego ocioso, que recuerdan a aquello de Reich: ¡no, las masas no fueron engañadas, en determinado momento desearon el fascismo! Veo proliferar ese deseo de ejercer el poder para conseguir el orden con dureza, conviviendo con ese anti-intelectualismo tan típico de los momentos bajos. En este ambiente ser escritor es nacer culpable. Entiéndase aquí un tropo, anhelar la escritura radical, es pasar a ser socialmente y moralmente un hombre clandestino.  

  

sábado, 2 de mayo de 2020

Nota 3. Derrida y mis amigas

Nota 3. A desarrollar: Políticas de la amistad, Derrida, página 306: "Por una parte la amistad fraterna parece esencialmente extraña o rebelde a la res publica, no podría fundar una política. Pero por otra parte, y es lo que hemos verificado, de Platón a Montaigne, de Aristóteles a Kant, de Cicerón a Hegel, los grandes discursos filosóficos y canónicos sobre la amistad han ligado explícitamente el amigo-hermano a la virtud y a la justicia, a la razón humana y a la razón política. La cuestión principal estaría justamente en la hegemonía de un canon filosófico en este dominio: ¿cómo se ha impuesto?, ¿de dónde le viene esta fuerza?, ¿cómo ha excluido lo femenino o la heterosexualidad, la amistad entre mujeres o la amistad entre hombre y mujer?, ¿por qué no se pueden tener esencialmente en cuenta las experiencias femeninas o heterosexuales de la amistad?, ¿por qué es heterogeneidad entre éros y philía?, ¿por qué esa historia del canon no puede reducirse a una historia de los conceptos o de los textos filosóficos, ni siquiera a la de las estructuras políticas como tales, es decir, determinadas por el concepto de lo político, por este concepto de lo político [se refiere a la definición esencial de lo político establecida por Carl Schmitt: lo político es la relación amigo-enemigo]?, ¿por qué se trata de una historia del mundo mismo, y tal que no sería ni una evolución continua ni una simple sucesión de figuras discontinuas? Desde este punto de vista, la cuestión de la amistad podría ser al menos un ejemplo o un hilo conductor en las dos grandes cuestiones de tipo deconstructivo, a propósito de la decosntrucción: la historia de los conceptos y de la hegemonía llamada trivialmente textual, la de la historia sin más, y la del falogocentrismo. Aquí como fratocentrismo."

Los Pedros y la democracia

  Sin duda, Marisas y Pedros son un buen motivo para dejar de ser de Izquierdas: