sábado, 2 de mayo de 2020

Nota 3. Derrida y mis amigas

Nota 3. A desarrollar: Políticas de la amistad, Derrida, página 306: "Por una parte la amistad fraterna parece esencialmente extraña o rebelde a la res publica, no podría fundar una política. Pero por otra parte, y es lo que hemos verificado, de Platón a Montaigne, de Aristóteles a Kant, de Cicerón a Hegel, los grandes discursos filosóficos y canónicos sobre la amistad han ligado explícitamente el amigo-hermano a la virtud y a la justicia, a la razón humana y a la razón política. La cuestión principal estaría justamente en la hegemonía de un canon filosófico en este dominio: ¿cómo se ha impuesto?, ¿de dónde le viene esta fuerza?, ¿cómo ha excluido lo femenino o la heterosexualidad, la amistad entre mujeres o la amistad entre hombre y mujer?, ¿por qué no se pueden tener esencialmente en cuenta las experiencias femeninas o heterosexuales de la amistad?, ¿por qué es heterogeneidad entre éros y philía?, ¿por qué esa historia del canon no puede reducirse a una historia de los conceptos o de los textos filosóficos, ni siquiera a la de las estructuras políticas como tales, es decir, determinadas por el concepto de lo político, por este concepto de lo político [se refiere a la definición esencial de lo político establecida por Carl Schmitt: lo político es la relación amigo-enemigo]?, ¿por qué se trata de una historia del mundo mismo, y tal que no sería ni una evolución continua ni una simple sucesión de figuras discontinuas? Desde este punto de vista, la cuestión de la amistad podría ser al menos un ejemplo o un hilo conductor en las dos grandes cuestiones de tipo deconstructivo, a propósito de la decosntrucción: la historia de los conceptos y de la hegemonía llamada trivialmente textual, la de la historia sin más, y la del falogocentrismo. Aquí como fratocentrismo."

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 Comprobando el aburrimiento que produce el exceso de diversión y la vulgaridad de cierto refinamiento.