Alguien que, disponiendo de tiempo y dinero o de una dulce y apacible propiedad, se niega a leer, o afirma no poseer ningún interés en los libros y otro tipo de papeles, es alguien sencillamente sospechoso, casi inmoral. Mi trato con esa gente es parecido al que tendría con aquellos bribones que en su buen vivir bordean el delito. Puedo ser amable y cordial, incluso simpático, a pesar de su acidia e incomprensible desprendimiento, pero en el fondo, practican la moral del defraudador. No deben olvidar que, a nuestros ojos, devuelven el reflejo de un vivales.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Los Pedros y la democracia
Sin duda, Marisas y Pedros son un buen motivo para dejar de ser de Izquierdas:
-
Escribe Gabriel Albiac en un fragmeto de su artículo : "Q uien no ha visto estrellarse sus sueños contra el muro de la vida, es porque ...
-
“Prefiero llevar en el autocar a una banda de Skinheads antes que a un grupo de abuelos del Imserso”. Mi primo, ya de sobremesa, hablando so...
-
Contrariamente a lo que se piensa la gente, por lo general, no habla realmente de sexo. Se anuncian las conquistas y las pérdidas, se contab...