domingo, 26 de noviembre de 2023

Ayn Rand

Cuando muera, no seré yo el que me vaya, es el mundo el que se acabará. Algo así dijo la novelista y filósofa libertaria Ayn Rand ante su propia y cercana desaparición; y tenía mucha razón. A veces, decírtelo así mientras cruzas la calle central de una gran ciudad ya anocheciendo, es el único modo de sobrevivir y que la realidad, y los otros, no te devoren. 

sábado, 4 de noviembre de 2023

Macarena

No sé en que estación Macarena subió al tren con destino Sant Viçens. Apreció allí de repente, una pálida melena rubia mechada y unas finas manos blancas atusándose el pelo, recostada la cabeza sobre el cristal. Fuera, el otoño seguía sus pasos decididos y melancólicos; plantas caducas, árboles desnudos, y el gris del cielo. Había sido un fin de semana en fuga para mí. A pesar de eso, no estaba cansado ni agotado, sentía energía y un fuerte sentimiento de vida tras ver la enfermedad y postración de un familiar, como un espejo que devuelve la imagen invertida. Este rechazo de la muerte te lleva irremediablemente al movimiento para disuadirla, no puede decirse que fuera inútilmente doloroso, sencillamente certifica que la vida es solo un esbozo. Las paradas se iban sucediendo y se iban llenando los vagones de pasajeros. Nada mejor para leer que la ilusión literaria de atravesar la noche más oscura en un tren de cercanías. Ruido, gruñidos de pirata llegando a la posada. Cerveza esparcida por el suelo, olor intenso a goma sudada, la bicicleta tirada en medio del pasillo impidiendo el paso. Macarena empezó a ser molestada: 

-¿Te molesto si me siento aquí?

-No, no...

-Sí, te molesto ¿verdad?

-...

-No te enfades, ¿estás enfadada conmigo? No te enfades

-...

-ja, ja, ja, no hago nada, soy un buen tío

Acerca su terrible cabezota, ahora habla lento y pausado como si la conociera. Esa obscena proximidad forzada y artificiosa, susurro de maltratador. Parece irritable, una piltrafa, agresivo pero contenido, fugitiva miseria humana. Me pregunto por qué no intervengo, a qué estoy esperando, quizá empeore las cosas. Me decido, gesticulo: 

- ¿Necesitas ayuda?

-(Asiente con la cabeza, rostro serio y hondo como de tranquilidad olvidada)

-Entonces, ven, vamos

Entre desconocidos, en esas circunstancias, se da una extraña complicidad. No es la primera vez que le sucede, me dice. Charlamos, 34 años, de Gavá, soltera, plomo en la mirada esquiva, pantalones de cuero negro, lúcida y viva, retuerce los tobillos tatuados mientras el borracho nos grita. Debimos desaparecer de su campo visual.

-Me llamo Yeray

-Encantada, yo Macarena

-Y ella, es mi madre Carmen

- (Macarena sonríe) Hola

(de fondo, los gritos del borracho: ¡te aplastaré esa cabecita de capullo con gafas!)

- Ese soy yo, le digo a Macarena

-Sí, parece que le gustas

(nos reímos)

Surge a los pocos instantes, enfurecido y con fragor de combate, a través de corredores, de pasadizos, de algún modo ha recibido la señal de la carne en su cabeza, de índole obsesiva. Empujones. No puede avanzar, se tropieza con su propia bicicleta, se cae. Nos vamos al siguiente vagón. Sorprende la imperturbabilidad e indiferencia de la gente ante el espectáculo. Sants Estació. Intenta seguirnos, pero se extravía en sus pasos.

-¡Deprisa, deprisa, ahí, ahí, que pierdes el siguiente tren! 

El abrazo, el dulce y fugaz olor de Macarena. El tiempo sufre agudamente la propia condición del fuego cuando quema.



 





jueves, 2 de noviembre de 2023

Albiac, en otra broma del tiempo

Escribe Gabriel Albiac en un fragmeto de su artículo: "Quien no ha visto estrellarse sus sueños contra el muro de la vida, es porque no los tuvo. O porque no ha vivido. Fracasar no es tan malo. Puede que fracasar y no ocultarlo sea lo único digno para este animal frágil que es un hombre: precaria condensación de deseos y fantasías a la que cualquier cruce de adversidades borra sin dejar huella. Cuando uno ha transitado ya la mayor parte del camino, sabe –y, si no, es que algo anda muy mal en su cabeza– que en sus errores estuvo lo más noble de su historia. Y en saberlos errores, lo más sabio: lo poco sabio que la vida concede a estos pobres hablantes que enmascaran sus frágiles anhelos bajo ficción de sólidas iluminaciones.

Cuando escribía mis memorias, En tierra de nadie, me desasosegaba eso: que los más emotivos de mis recuerdos, aquellos a los que por nada yo renunciaría, están hechos de errores que, cuando sucedieron, arrastraban la fuerza de las grandes epopeyas. Sé que habrá quienes se avergüencen de haberse equivocado. Yo amo aquellos yerros: todo lo que ahora sé fantasía y que entonces fue aventura. Sin el consuelo de sus mentidas promesas, la gris resignación hubiera hecho de mí uno más en ese ganado que todo lo acepta sonriente, que a todo se aviene, que ama a los amos –a todos– y nada les reprocha. Sin haber aprendido, a golpe de tiempo y libros, que tras las bucólicas fantasías acechan siempre espíritus malignos, yo sería un imbécil."
Un hombre reflexionando sobre la crecida de la edad y el paso de las fantasías. Podría ser una notable entrada de sus diarios literarios, en el invierno de la vida. Sin embargo, al final de la columna Albiac prefiere malbaratar el sentido de su escritura repitiendo aquello que F.J. Losantos le dijo a Pablo Iglesias en una tertulia televisiva, levantando la manita: "me recuerdas a mí cuando era gilipollas". Odiando ingeniosamente a los jóvenes por lo que son: lo mismo que ayer. Toda esta generación de excomunistas y exmarxistas reconvertidos ahora en recalcitrantes conservadores (la docencia y el periodismo están plagados de ellos) ha olvidado algo elemental: que la vejez es otra broma del tiempo y que quizá te salva de la juventud, de su frívola ingravidez, pero no de prolongar pesada y cínicamente la estupidez por otros medios. Pff, Balcanes, dice el profeta.   

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Un fin de semana normal

 Leo en lo de Juan Abreu esta cita de Bulgákov: “El problema de los seres humanos no es que sean mortales, es que son mortales de repente”. Vamos, un fin de semana cualquiera

Los Pedros y la democracia

  Sin duda, Marisas y Pedros son un buen motivo para dejar de ser de Izquierdas: