Iliá Ehrenburg, testigo de
tanta muerte y traición, dejó escrito en referencia a la terrible época
estalinista: “todo era insoportable y
magnífico”. Es sabido el encanto que produce el mundo en tiempos de grandeza a pesar del hedor
de los cadáveres.
Comprobando el aburrimiento que produce el exceso de diversión y la vulgaridad de cierto refinamiento.
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