Escribe Juan Abreu, en su
cuaderno Emanaciones:
"Sábado, 6 de
noviembre de 2021
El escritor que pretende
algo del llamado mundo cultural ha fracasado de antemano. El escritor que
necesita ser aceptado por el llamado mundo cultural está condenado a la
servidumbre a la derrota y a la infamia desde que escribe la primera palabra.
El llamado mundo cultural es una trampa mortal para cualquier escritor. Una
trampa mortal sólo superada por las redacciones de los periódicos."
Voy seleccionando los escritos
que merecen la pena de este escritor y opositor cubano afincado en el aburguesado Sant Cugat. Sus mejores notas son las breves y
costumbristas, en las que habla del amor por su mujer, el sexo con otras mujeres, innumerables, la maduración de su belleza al envejecer, de degradación del cuerpo y la carne, sus gatos y el jardín, o cuando hace memoria sobre el exilio y de fondo la Cuba castrista que abandonó, sin esa luz de la pintura holandesa, ni la miel ni la melancolía. Contrasta la brillantez y
la sensibilidad con la que afronta de la vida y el tiempo, una escritura incluso física, con el dogmatismo desquiciado y delirante de sus comentarios políticos reaccionarios. Sin duda esa
desproporción lo convierte en un escritor menor, pero no mediocre, y un hombre
entrañable.
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