sábado, 25 de abril de 2020

L.Y.

El confinamiento se relaja, desescalada, descomprensión progresiva, incluso se liberará, la vida no.

A veces me oigo aparecer aquí y allá pero siento que no soy yo, siento que es otro tío, no son voces autorizadas ni percepciones afinadas, y es que sin amor, amante o amado (cosas distintas), uno no sabe si está vivo o no, y estas cosas amorosas y estos casos enamorados no son siempre evidentes, esperamos aterrados el desahucio inminente, no soportamos el abandono, la espantosa soledad que se deriva, la disolución desquiciada, lo buscamos desoladoramente, idealizado lo buscamos, porque el amor, de ser algo que importe, es un reflejo, el amor es un reflejo. Antes la miraba, ojos negros, y es difícil encontrarse en su mirada.             

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 Comprobando el aburrimiento que produce el exceso de diversión y la vulgaridad de cierto refinamiento.