domingo, 12 de enero de 2020

Petit

Uno de los rasgos marginales, pero inolvidables, que me parecen más interesantes del pensamiento político de Santiago López Petit es la conversión de las bajas pasiones, lo que la larga tradición de filosofía moral y sus tratados sobre las pasiones morales han censurado y rechazado, en dispositivos políticos, cuya precisión técnica exonera de la malicia, vileza y zafiedad con que el tiempo y el Estado las condena a formar parte del barro de la historia. Así el odio libre, la vida que se venga de ser vivida, la venganza pues, el precio a pagar por el desafío (del querer vivir), el resentimiento, y otras, no son solo bajas pasiones con las que la filosofía y la literatura pueden elaborar bellas fórmulas para disfrazar y ocultar la mentira de la realidad, sino que también son nuevos dispositivos políticos para la lucha por la vida y la lucha contra la muerte; los asuntos realmente propios de la política.

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